Lirio

me dijo, y durmió en vela.
Soñó que escalaba alto, alto,
y que no veía el cielo y las estrellas.
Me contó de su unicornio
y de las alas que nunca encontraría.
Despertó de su sueño una mañana,
y vio que, despierta, aún no vivía.
Invocó los secretos arcanos de su vuelo
pero nada acudió a su fiel llamada
y tan solo siguió viva, sueño en vela,
con alas de mariposa ya extinguida
viviendo una vida que era sueño
sin poder soñar porque vivía.
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