Púas en mi boca muerden mi lengua incauta arranqué mis labios, los ofrecí en sacrificio a la nada. Separé tus manos, las rodeé de rosas, y puse las espinas en tus muñones, para que te acompañen.
Filas de cadáveres de corazones deshechados, presas voluntarias de mis cadenas ignotas. Renuncio al sacrilegio de las almas maltratadas.
Tu ojo de cuervo sonríe detrás de las púas; sabe del camino que nunca empezó y jamás termina. Se funden en el sol el pico y las espinas.
Dos manos se rozaban sin tocarse; Un mismo suelo recibía sus pesos .
Estrechábalos el más profundo abrazo ; El aire oscuro envolvía sus almas.
Sus labios tocaban la misma melodía; Hablaban las mismas ideas.
Sin tocarse, sin mirarse, se amaron (tampoco eran imágenes en sus mentes)
Las velas hirieron sus ojos con su luz imposible. Besaban sus oidos los sonidos del pasado. Amalgamados los sentidos como amantes sufrieron el dolor del espacio vacío; corazones para siempre atados al olvido.
"No logro conciliar el sueño", me dijo, y durmió en vela. Soñó que escalaba alto, alto, y que no veía el cielo y las estrellas.
Me contó de su unicornio y de las alas que nunca encontraría. Despertó de su sueño una mañana, y vio que, despierta, aún no vivía.
Invocó los secretos arcanos de su vuelo pero nada acudió a su fiel llamada y tan solo siguió viva, sueño en vela, con alas de mariposa ya extinguida viviendo una vida que era sueño sin poder soñar porque vivía.
Una mariposa volaba sobre el lago y murió sobre una ortiga, según cuenta la historia. Un mundo azul acunaba, mientras, dos ángeles con una sola ala... y morían ambos, lejos uno del otro, separados.
Porque el mundo tenía sus alas y el vuelo les estaba prohibido.
Pero el mundo azul soñaba y los ángeles vivían... Pero veían historias que no eran, se confundían, y se amaban.
El cielo azul se quebraba en pedazos y el lago se deshacía gota a gota, y sólo un angel pudo ver que estaba solo, en un mundo gris que no soñaba.
Otra vida en mi recuerdo Otra búsqueda, sin final. Si supieras cuántas veces te busqué sin poderte hallar.
Tan sólo un vago recuerdo, como un sueño, me guiaba cada vez hacia tu alma, pasando vidas sin cesar.
Esta vez te he hallado, dime tú si no es verdad, porque el agobiante temor acecha mi felicidad, sin saber si el espejismo no es la dulce realidad...
El abismo de la locura circunda mi alma. Mis pasos se vieron forzados a detenerse al no ver mis ojos más lugar donde pisar. Buscaba la verdad en este laberinto de realidades. Sin embargo, sé que en algún lado oculto por las sombras, existe una salida de este abismo. Son mis ojos los que me engañan, y no me dejan ver el camino. Sé que debo cerrarlos, y seguir mi corazón, pero menos en él confío: está demasiado confuso para seguir un camino claro. (En realidad sigue, pero en esa época tenía a alguien que podía guiarme, posteriormente, se fue de mi vida)
BUSCABA TU ALMA, PROFUNDA Y OSCURA. BUSCABA TUS OJOS, DULCES Y PUROS. BUSCABA UN ÁNGEL INMERSO EN TU LOCURA.
Busqué tu alma y la encontré Busqué tus sueños, también los tuve Quise tu amor, y aún no sé si lo tengo Ahora sólo quiero estar contigo.
Déjame oscurecer el cielo para olvidar un poco la pena de ese rostro. La tierra que es confusa y cruel domina, y lastima los sueños y esperanzas.
Déjame oscurecer la luna, deja para mí la dulzura de esa muerte. Deja que controle el universo un segundo de mi corta y cruenta vida.
Oscurezcan para siempre cielo y tierra por el tiempo de un segundo se lamenta y busca encontrar por vez primera la paz y comprensión que necesita.
Porque sólo la oscuridad puede sanarla o también llevarla hacia el infierno. Pero ella no lo sabe, y llora y pide: Déjame oscurecer la noche un momento.